Las revoluciones de 1848 by Karl Marx & Friedrich Engels

Las revoluciones de 1848 by Karl Marx & Friedrich Engels

autor:Karl Marx & Friedrich Engels [Marx, Karl & Engels, Friedrich]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 1849-12-31T16:00:00+00:00


El último residuo oficial de la revolución de Febrero, la Comisión ejecutiva, se ha esfumado como girón de niebla ante la gravedad de los acontecimientos. Las figuras retóricas de Lamartine se han convertido en las granadas incendiarias de Cavaignac.

La fraternité, la fraternidad entre las clases antagónicas, al amparo de la cual explota la una a la otra, aquella fraternité proclamada en Febrero y estampada en grandes caracteres sobre la frente de París, en las fachadas de todas las cárceles y de todos los cuarteles, revela ahora su verdadera, auténtica y prosaica faz, que es la guerra civil bajo su forma más espantosa, la guerra entre el trabajo y el capital. Esta fraternidad brilló delante de todas las ventanas de París en la noche del 25 de junio, el día en que el París de la burguesía se iluminaba, mientras el París del proletariado ardía, gemía y se desangraba.

La fraternidad había durado el tiempo durante el cual el interés de la burguesía coincidió con el del proletariado. Los pedantes de la vieja tradición revolucionaria de 1793; los sistemáticos socialistas que mendigan a la burguesía una limosna para el pueblo y a quienes se permitía pronunciar largos sermones y ponerse en evidencia mientras era necesario mantener adormecido al león proletario; los republicanos que reclamaban el mantenimiento del viejo orden burgués con excepción de la testa coronada; los hombres de la oposición dinástica a quienes el azar aportó, en vez de un cambio de ministerio, el derrocamiento de una dinastía; los legitimistas que no aspiraban a arrojar la librea, sino simplemente a cambiar su hechura; he allí los aliados con los que el pueblo hizo su revolución de Febrero…

La revolución de Febrero fue la revolución hermosa, la revolución de la simpatía general, porque las contradicciones que en ella estallaron contra la monarquía eran aún contradicciones incipientes, adormiladas todavía bajo un manto de concordia, porque la lucha social que les servía de fondo no había cobrado aún más que una existencia etérea, la existencia de la frase, de la palabra. La revolución de Junio, en cambio, es la revolución fea, la revolución repelente, porque las frases han sido desplazadas aquí por la realidad, porque la República, al echar por tierra la Corona, que la amparaba y la encubría, puso de manifiesto la cabeza del monstruo.

¡Orden!, era el grito de combate de Guizot. ¡Orden!, gritó Sebastiani, el guizotista, cuando los rusos se apoderaron de Varsovia. ¡Orden!, grita Cavaignac, como el eco brutal de la Asamblea Nacional francesa y de la burguesía republicana. ¡Orden!, tronaban sus proyectiles, al desgarrar el cuerpo del proletariado.

Ninguna de las numerosas revoluciones hechas por la burguesía francesa desde 1789 había atentado contra el orden, pues todas dejaron en pie la dominación de la clase, la esclavitud de los obreros, el orden burgués, por muy frecuentemente que cambiara la forma política de esta dominación y de esta esclavitud. Pero la batalla de junio sí ha atentado contra este orden. ¡La maldición caiga sobre ella! (Nueva Gaceta Renana, núm. 29, 29 de junio de 1848.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.